No te
precipites en mostrar lo que tú eres, deja que los demás, poco a poco lo
descubran.
Cada etapa
de nuestra vida hace que cambiemos el modo de pensar, quien no lo haga será un
inadaptado social, mientras exista.
La
conducción de nuestra persona es una de las misiones más difíciles de nuestra
vida.
Emular las
buenas acciones de una persona, lejos de ser un acto desleal, es un gesto de
sencillez y debe servirnos como punto de partida hacia la superación personal.
No lastima
quien quiere, sino quien puede.
Es muy
probable, que muchas veces, no valoremos los méritos de los demás por el temor
a que empañen los nuestros.
Quien
insiste en actuar conforme al dictamen de sus emociones, no sólo tendrá serios
conflictos cotidianos, sino que carecerá de la sensatez para resolverlos
adecuadamente.
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