miércoles, 17 de julio de 2019

Un día, cuando los empleados llegaron a trabajar, 
encontraron en la recepción un enorme
letrero en el que estaba escrito:
"Ayer falleció la persona que impedía el
crecimiento de usted en ésta empresa.
Está invitado al velorio, en el área de deportes".
Al comienzo, todos se entristecieron por la
muerte de uno de sus compañeros, 
Pero después comenzaron a sentir curiosidad por
saber quién era el que estaba impidiendo 
el crecimiento de sus compañeros y la empresa.
La agitación en el área deportiva era tan grande 
que fue necesario llamar a los de seguridad 
para organizar la fila en el velorio.
Conforme las personas iban acercándose al
ataúd, la excitación aumentaba:
- ¿Quién será que estaba impidiendo mi progreso?
- ¡Qué bueno que el infeliz murió!
Uno a uno, los empleados agitados 
se aproximaban al ataúd, miraban al difunto y
tragaban seco. Se quedaban unos minutos 
en el más absoluto silencio, como si les hubieran
tocado lo más profundo del alma.
Pues bien, en el fondo del ataúd había un espejo. 
Cada uno se veía a sí mismo. 
Con el siguiente letrero:
"Sólo existe una persona capaz de limitar tu
crecimiento: ¡TU MISMO!”
Tú eres la única persona que puede hacer 
una revolución en tu vida.
Tú eres la única persona que puede perjudicar
tu vida, y tú eres la única
persona que se puede ayudar a sí mismo.
Tu vida no cambia cuando cambia tu jefe,
cuando tus amigos cambian,
cuando tus padres cambian,
cuando tu pareja cambia.
Tu vida cambia, cuando tú cambias,
eres el único responsable de ella.
"Examínate. Y no te dejes vencer"
"El mundo es como un espejo, que devuelve a
cada persona, el reflejo de sus propios
pensamientos. La manera cómo tú encaras la
vida es lo que hace la diferencia”.

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