sábado, 24 de noviembre de 2018

La primera persona del singular del presente de indicativo del verbo creer y la del verbo crear se escriben exactamente igual: yo creo.
Ya lo dijo Miguel de Unamuno (1864-1936) al reflexionar sobre la fe religiosa en Tres novelas ejemplares y un prólogo: “Y la fe es la fuente de la realidad, porque es la vida. Creer es crear”. El escritor vasco creyó que podíamos crear con la imaginación y que “la fe no es creer en lo que no vimos, sino crear lo que vemos”.
De igual forma se expresa Anthony de Mello (Bombay, 1931- Nueva York, 1987) sacerdote jesuita que dejó en textos escritos el contenido de sus charlas. En Despierta! nos dice que la fe es “una apertura hacia la verdad, sin importar las consecuencias, sin importar hacia dónde lo lleve a uno. Eso es fe. No creencia sino fe”. Por el contrario “las creencias le dan a uno mucha seguridad. Pero la fe es inseguridad”. Es no saber y estar abierto a aprender. Y estar abierto “no significa ser crédulo, no significa tragar entero todo lo que diga el que habla, de ningún modo”.
Cuestionar siempre todo, de lo más dudoso a lo más evidente, es el primer paso para abrir la mente a una visión más holística, a una conciencia de unidad.
Así nos lo dice también Nissagardata Maharaj en Yo soy eso “Cuestionar lo habitual es el deber de la mente. Lo que la mente ha creado, la mente debe destruirlo”. Si no lo hacemos podemos llegar a pensar que somos lo que nuestra mente nos dice. “Jamás nos tomamos la molestia de verificar. La vía a la verdad pasa por la destrucción de lo falso. Para destruir lo falso, usted debe cuestionar sus creencias más arraigadas”.
Nuestro sistema de creencias se ha formado a lo largo de numerosos eventos que hemos percibido como verdaderos o falsos según lo haya creído nuestro entorno familiar, social, cultural, etc. La mayoría de estas certezas son creencias limitantes que nos impiden ir más allá de ellas porque nos vemos condicionados a defenderlas y a vivir de acuerdo a ellas.
La creencia principal que nos roba nuestra libertad emocional es la creencia en que todos estamos separados.
La vida es lo que hacemos de ella. Cuando somos conscientes de esto, entendemos que la dualidad es la experiencia de la unidad. Lo que hay fuera es un efecto y la causa somos nosotros mismos. La Bioneuroemoción® nos invita a renunciar a nuestras creencias para permitir que ocurra aquello que ni siquiera hemos imaginado, para dejar de poner filtros entre la realidad y nosotros, para que la vida se exprese en toda su potencialidad.
“¿Hasta qué punto somos plenamente conscientes de que no vemos el mundo como realmente es?”. Y nos dice que no se trata de no tener creencias sino de saber que “nuestras creencias no son verdad” y, en consecuencia no utilizarlas para atacar a nadie. Sin embargo, cuando creemos que son verdad las proyectamos en nuestro mundo, entonces, “todo lo que nos rodea está en resonancia con nuestras creencias y éstas condicionan todas las circunstancias de nuestra vida”.
Enric Corbera

No hay comentarios:

Publicar un comentario